martes, 23 de septiembre de 2014

los ojos del Bodhissatva

Por: Rita Gonzalez Hesaynes

tantas veces he visto este escenario,
amada la lluvia en la ventana
tantas veces te he dicho
que te acerques a mí o a la llovizna
tantas veces he
jugueteado
con estos pensamientos
que temo seriamente no poder
salir nunca de esta habitación

sin pausa hemos de ver
la misma lluvia, palabra por palabra
en nuestra mente
no miramos sino con las palabras
legítimos conjuros
y estamos hechos mentalmente de magia
y con la magia pobre que invocamos
hacemos nuestros mundos
así como los hacen ciertos dioses
a nuestra semejanza

mucho me temo, amada, que todo
en este cuarto: las paredes desnudas
la vieja lámpara al costado del lecho
nosotros mismos
conformamos tan solo un pensamiento
un símbolo en el sueño de algún otro
al que nos parecemos vagamente

no tengo más recuerdos verdaderos
que esta escena
en que te observo hermosa
hija de la noche y de la lluvia
 y se escuchan las gotas sobre el pueblo
como si hablaran de países extraños
pero nunca abrimos la ventana, amada
todo lo observamos detrás de los cristales
y entendemos poco de la lluvia

acaso por esta vida un tanto triste
sea tan hermosa la llovizna
así como tú lo eres, pero eterna
ven a mirarla, amada, a la ventana
reconoce tus ojos en la lluvia
dime qué sucede fuera de este cuarto
sobre quiénes te arrojas
cómo viven
si saben de los mundos tras los ventanales

qué inhumana es la lluvia
y qué hermosa eres, amada
cuando miras con ojos primitivos
como si lo real te inundara de pronto
y esta fuera la única vez que nos salvamos
y por vez única pudiéramos salir


lunes, 15 de septiembre de 2014



HEROES


Las dos preguntas pasaron rozando cada uno de sus cabellos. ¿Las vio? En su parte de entendimiento, no alcanzo a ver ni siquiera como era posible que se encontrara aquí. Las estrellas brillan. El viento es frío, las músicas desprenden miasmas de vaca. A despecho, miró la hora en el reloj de pulsera negra barato, después de todo, las sombras chinescas habían sido el inicio del cine. Mira la calle en bajada, mira al señor que desde su carro hace sonar el claxon. Se pregunta que pasaría si algún día decidiera subirse con él. Paranoias de la claustrofobia. Abismos de la soledad.

 

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