No podemos hablar ya con propiedad de las congregaciones mundialistas de la preguerra, de aquellos certámenes de la década del treinta, donde éste vilipendiado pero persistente deporte, encarnaba el verdadero espíritu del combate y de la disciplina, donde la pasión naciente se sobreponía al negocio actual y a la marrullería, a la corrupción y a la triste ineptitud de muchos de los actuales dirigentes, no podemos hablar con propiedad ya, porque incluso los registros audiovisuales se quedan cortos. Si usted busca una imágen, por ejemplo de algún nombre de aquellos jugadores otrora endiosados como Piazza, Stábile, Meazza o hasta el gran cancerbero Ballesteros, lo único que puede conseguir es una imágen difusa y transpapelada, más vaga y somera que la visión de un pez en las aguas turbias del Sumapaz.
Sin embargo hay cosas que se resisten al cambio, esa acción-reacción reprimida de la ciencia, tenazmente aplicable también a éste tópico, cosas que persisten no obstante la real crudeza de la evolución a todo nivel. Pues observemos que la cuestión táctica inherente a la pelota, a pesar de un un sin número de variantes y combinaciones surgidas a lo largo del tiempo (3-4-3, 3-5-2, 4-3-3, etc), aún conserva la escencia primigenia del período del "paleofútbol". Esa misma disposición que llevó a encumbrarse a la Italia de Meazza, a la Hungría de Puskas y Coksis, al Brasil de Pelé y Garrincha, a la Alemania Federal de Beckenbauer... Ese delicioso 4-4-2 que llevó al pedestal de las deidades al flaco Menotti ante Videla y a Bilardo, que hizo ver como un extraterrestre a Maradona y a su antonímico colega Mateito Matthaus. Y finalmente también ha permitido alcanzar la cuarta victoria a la mezquina Italia de hace tres años, como lo hiciera la del 82 bajo el mando del mago de la táctica Enzo Bearzot.
La impresionante conclusión amigos míos es que éste fascinante esquema, a veces subvalorado se ha mantenido a lo largo de la historia, podríamos decir que, casi inmutablemente y ha sido el mas ferviente y silencioso aliado de aquellos hombres que han escogido con determinación o azarosamente el difícil oficio del manejo táctico, técnico y sicológico de casi siempre una caterva de estólidos, vacíos, iletrados y prepotentes futbolistas.
Sin embargo hay cosas que se resisten al cambio, esa acción-reacción reprimida de la ciencia, tenazmente aplicable también a éste tópico, cosas que persisten no obstante la real crudeza de la evolución a todo nivel. Pues observemos que la cuestión táctica inherente a la pelota, a pesar de un un sin número de variantes y combinaciones surgidas a lo largo del tiempo (3-4-3, 3-5-2, 4-3-3, etc), aún conserva la escencia primigenia del período del "paleofútbol". Esa misma disposición que llevó a encumbrarse a la Italia de Meazza, a la Hungría de Puskas y Coksis, al Brasil de Pelé y Garrincha, a la Alemania Federal de Beckenbauer... Ese delicioso 4-4-2 que llevó al pedestal de las deidades al flaco Menotti ante Videla y a Bilardo, que hizo ver como un extraterrestre a Maradona y a su antonímico colega Mateito Matthaus. Y finalmente también ha permitido alcanzar la cuarta victoria a la mezquina Italia de hace tres años, como lo hiciera la del 82 bajo el mando del mago de la táctica Enzo Bearzot.
La impresionante conclusión amigos míos es que éste fascinante esquema, a veces subvalorado se ha mantenido a lo largo de la historia, podríamos decir que, casi inmutablemente y ha sido el mas ferviente y silencioso aliado de aquellos hombres que han escogido con determinación o azarosamente el difícil oficio del manejo táctico, técnico y sicológico de casi siempre una caterva de estólidos, vacíos, iletrados y prepotentes futbolistas.
2 comentarios:
Que excelente divacación prosaica se jaló como post inaugural mi amigo Mizar... y con que señor tema, algo de historia del balon, algo de análisi juicioso de la táctica, la tecnica y el talento!
bienvenido y gracias por echar a rodar la bola!
El encanto aquel de oir nuevas voces en los Sketches no se compara.
Abrazos
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