sábado, 12 de septiembre de 2009

Eva en las nubes





Conocer, conocerme como que los partidos de la liga del futbol colombiano me la soban, y despertar somnolencias son solo despertares a medias que mas tarde se vuelven fragantes recuerdos de la tarde que pase en aquel carnaval, toda la magia perdida de una silueta. En paraísos donde la música suena fuerte y los únicos desafíos provienen de emblemas en las alturas de altísimas alturas. En Abril nos internamos por carreteras de polvo, caminantes que al final fuman en un pedazo de papel risla la pequeña y delgada corteza de un árbol; allí voy y su sombra es la del paisaje vivo. Los perros que adiestrados arrechos se salen de sus jaulas y aúllan enloquecidos antes de morder con todas sus fuerzas. Sí, somos de palo, somos la madera que se va volando lejos con los pies planos, las nubes que mañana rotaran en mohines de heno recién cortado. Hablantes desproporcionados que van de un lado a otro y encuentran en la combinación bucólico-espartana de mediados del siglo XX ondas que parezcan al menos un poco despreocupadas en tiempos asesinos de lodo que se estanca.



7, 8 9… latidos que parecen mejorar a cada suspiro, la meditación Zen del ignaro, diletante…iba en el atardecer, iba por siempre en marismas de lava, en ríos de témpanos que se derriten y nos ahogan. Nueva York, Londres, idos…el opio que inundo el cuarto, comenzaremos pues…ahogo.

Las piernas se me duermen un poco al verla, su cabello y sonrisa emancipados del dolor del mundo. Lentamente termina su copa llena de Brandy Domecq sin hacer ni una sola mueca de desprecio, creo que tendré que prender un cigarrillo ya que lo diré todo mejor así, si no digo nada. El lenguaje del humo que se me escapa de los pulmones con música de The Eels. Es de esperarse que ella me detenga y se arrime de un solo movimiento a la oreja y me diga “éramos los andenes ebrios”.

Promediando la tarde solíamos ir al jardín botánico con los amigos mas cercanos a acercarnos a la flora y después asistíamos a uno que otro concierto: una vez Los Fabulosos Cadillacs suprimieron el fastidio de repetir la rutina del viernes…embriagarse y esperar lo inesperado.

Y ya cayendo la tarde comencé a rascarme el fastidio del día, como el infortunio que transcurrió temprano y ya lo olvido, emancipándome….era de esperarse que tanto la nostalgia como el desprecio sean una constante en mi vida, al ir atardeciendo no encuentro nada mas que hacer. Ayer fui al médico, aunque no me dolía nada, es como enfrentarse al poder vengativo de lo propio y aislado. Paulatinamente encuentro diferencias leves pero contundentes de lo hermoso que puede ser estar desesperado, encontrar nuevas salidas y perderte, vaya, vaya…si era de esperarse.

El abrumador sonido de lo salado, conciencia: trasladando a palabras inteligibles, sin cerveza. Estamos en un espacio diferente, libres, fumando toda la tarde y las camisas cuelgan de los clavos de la pared como en un armario mutante.


Siii, disparar…era un viernes hermoso, lleno de descanso, rock, and weed. UN poco mareado por la falta de alcohol. El rock de los datos. Se me ocurrió que el otro día podía vender un poco de droga en la esquina, en el palacio de los frijoles.

___________________________________________________________________________________

Éramos otros, somos los mismos. Diferenciarte era una falta de originalidad imperdonable, perduraríamos si no fuéramos tan nosotros mismos pero…..es que lo fuimos alguna vez? Hace un calor ralo, las pelusas se me vienen encima y mi cabello se está cayendo, cuando las nubes fueron una amenaza fuimos los primeros en sucumbir a la huida y posteriormente al refugio del Kiosco de Agua. La lluvia que cae aplomada, chisporroteando todo alrededor, convirtiendo la tierra en lodo y forzándonos, si, al caminar sobre el mismo y divertirnos un poco. Esa diversión fue la única que tuvimos y se ha ido, esa canción se ha terminado. Escucho como el gastado sonido de una lavadora al fondo de la habitación y la falta de música y el aspecto tan extremadamente limpio de este apartamento cede la nostalgia a otros lugares más bucólicos, Demasiado ruido.

4 comentarios:

Unknown dijo...

tremendo estilo de bateman, como se mueven los sketches

la ciudad, los sucedàneos, lo increible dentro de lo cotidiano y la manera en que lo cuentas, como vas levando al lector hasta inmiscuirlo completamente hasta hacerlo complice!

felicidades!

Nicolas Nautfal dijo...

LA escritura de Bateman me recuerda una de las grandes virtudes de la buena creación literaria: el hallazgo semántico, la ocurrencia lingûística, en fín cierto arte fotográfico y crítico por supuesto de modo que el lector en lugar de sentirse reflejado, se sentiría....aludido

Mizar dijo...

Increíble el naufragio que me producen los escritos del Titán Bateman y luego estoy nuevamente a flote insondablemente, mucho recuerdos, sitios, visiones, cielos policromados, flora de bosque tropical húmedo urbano... Debería haber un espacio para crónicas citadinas y de días no ordinarios en El Caleño!!!

Unknown dijo...

valga la aclaracion es Eels no The Eels

;)

Who read us?