domingo, 23 de mayo de 2010

La Aciaga Hora de Ian



Antesala del anfiteatro. El señor curtis es llevado por los camilleros con sus ojos cerrados y la visible hinchazón por ahorcamiento....unas cuantas mujeres un tanto pasadas de atuendo gótico atisban por las ventanas del hospital de manchester y rumoran entre ellas la suerte -ya sellada- del prócer de la era dark. Mientras tanto una bebé llora desconsoladamente en brazos de la madre que mira un tanto con aire zombificado hacia el firmamento sintiendo que lo peor ya estaba sucediento...ES IAN mieeeerda! perdimos al bailarín del pabellón psiquiátrico que nos contemplaba desde la tarima con sus profundos ojos verdes recordando entre los riffs guitarreros de Bernard Summer a aquella amiga de siempre "perdiendo el control" y echando espuma por la boca....Ian siempre la recordaría sintiéndose el mismo arrastrado hacia la locura, no prometiendo nada y con el rictus de suerte echada guardado en su cofre gutural.



Por esos días el "zarco" escribía compulsivamente y no dejaba de admirar el cine de Herzog, con sus sombríos espectaculos de ahorcados que recordaban a los heroes olvidados del romanticismo, ahora prefiguraba otro panorama, otra nueva ola que buscaba redimir a tantos esbirros suicidas desaparecidos entre tantos rumores de blasfemia. Curtis, curtis, se nos fue el perfil bajo de un micrófono carraspeante por las medicinas de prescripción....dejó el tratamiento adosado en el cajon de las lyrics.

Ian solía desaparecer y la Joy solía lamentarse no estar tan al corriente de los pasos de su poeta: Bernard, Morris y Hook padecían de los trasnochos inherentes al modus vivendi de los starlets, la calma regresaba cuando constataban que al vocalista lo habían recibido en el pabellón amado luego de vagar por los pubs y la fórmula médica hecha puño en el bolsillo de la camiseta polo: ¿sera que el flaco ha vuelto a mezclar pildoras y licor? ellos tambien lo hacían aunque encontraban tarde que temprano el camino a casa....y el camino al escenario....pero los seguidores de la Division no suelen ayudar pues hasta celebran que se desplome sobre la tarima el prefigurador del coctail explosivo: sintetizadores y la hipnosis literaria de inspiración epiléptica.




Desde entonces entenderíamos que la función no debería cerrarse hasta el fin de la era punk, las crestas iban a ser trasquiladas, a los Pistols se les mojaría la pólvora y The Clash se adentraba en una estilística cada vez mas light. Por su parte los de la Division cada vez mas "miraban para adentro" sin importar los dictámenes del marketing discómano logrando posicionar entre la cultura popular y canibalesca una nueva estética que aprovecharía el Nuevo Orden amen de los requiems post mortem.


Nota: abrazos al staf



3 comentarios:

Jewels dijo...

Excelente! grande Ian!!

Unknown dijo...

G R A N D E , G R A N D E!

bateman dijo...

Oiga Nicolas no le pudo pegar mas al clavo.

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